Madrid, como toda gran ciudad, tiene una elevada demanda de agua. Un recurso escaso, con grandes valores sociales y ambientales, que debemos proteger.

El Ayuntamiento de Madrid comenzó elaborando un Plan de Gestión de la Demanda del Agua y la Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua, con medidas pioneras para avanzar en un uso más sostenible del agua en la ciudad.

Para reducir el consumo de agua potable, en algunos usos se emplean los recursos hídricos alternativos siguientes:

Regeneración de aguas residuales

Supone el aprovechamiento de agua procedente de las estaciones depuradoras del sistema de saneamiento de la ciudad. Se ha construido la M-40 del agua regenerada, un anillo de más de 180 kilómetros de longitud, que se utiliza fundamentalmente para riego de zonas verdes, baldeo de calles, y limpieza de alcantarillado y estanques de tormentas.

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Aprovechamiento de aguas freáticas

La extracción de recursos hídricos alternativos procedentes de pozos del subsuelo, así como del drenaje de líneas de Metro, RENFE-Cercanías y túneles viarios, supone también un importante ahorro de agua. Por ejemplo, desde la estación de Príncipe Pío se pueden bombear 25 metros cúbicos a la hora que se utilizan para llenar el Lago de la Casa de Campo.

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Viajes de agua

Desde la fundación de Madrid en la segunda mitad del siglo IX hasta la inauguración del Canal de Isabel II en 1858, la ciudad se abastecía a través de una gran red de galerías subterráneas llamadas qanats o viajes de agua, que captaban los recursos del subsuelo.
El Ayuntamiento ha restaurado los viajes de agua de Amaniel y Fuente del Berro, que permiten captar aguas con las que pueden regarse zonas verdes.

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Además se llevan a cabo otras actuaciones como:

  • Realización de auditorías de las redes de riego, para evaluar si es posible incrementar el ahorro del agua.
  • Controlar el consumo de agua en los edificios municipales. Muchos de ellos disponen de Certificación ambiental EMAS y /o disponen de planes de gestión sostenible del agua.

En Madrid, en los últimos años se ha conseguido un ahorro en el consumo de agua potable de más de un 20%, equivalente al consumo anual de una ciudad del tamaño de Zaragoza.